Los expertos abogan por hacer trajes a medida en las custodias compartidas
Un juzgado gallego avala un acuerdo en el que se da la tutela del hijo menor a ambos padres y a la madre la del mayor
El mes pasado, un juzgado de familia de A Coruña dio luz
verde al acuerdo pedido por los representantes legales de una pareja
divorciada en el que demandaban la custodia compartida para el hijo menor y para la madre la del mayor, que ya era preadolescente. Aunque el caso no es nada habitual porque, como apunta el presidente de la Audiencia Provincial de A Coruña, José Luis Seoane,
«hay una regla que suelen respetar los jueces, que es la de no separar a
los hermanos», muestra la tendencia cada vez más extendida a hacer
«trajes a medida» adaptados a las circunstancias de cada familia para el
cuidado de los hijos tras la ruptura de la pareja.
La custodia compartida empieza a ser, además, una medida al
alza, incluso en comunidades como Galicia, donde no hay una historia
jurisprudencial tan asentada en este sentido como, por ejemplo, en
Madrid. De hecho, el Parlamento gallego debatirá una iniciativa
legislativa popular presentada por la Asociación de Pais e Nais
Separadas que pide una ley de relaciones familiares en igualdad
tras el cese de la convivencia entre las personas progenitoras parecida
a la que rige en el País Vasco o Cataluña. La que había en Valencia fue
anulada el pasado mes de noviembre por el Tribunal Constitucional por invadir competencias estatales.
«Hemos conseguido ya los apoyos necesarios, pero continuaremos recogiéndolos hasta junio», explica Lois Toirán, responsable del colectivo que ha puesto en marcha la propuesta. Este padre confía en que la norma salga adelante, pero la profesora de la Universidade de Vigo Helena Martínez, que toma parte en la comisión de la Xunta para el estudio y desarrollo del derecho civil en Galicia, quiere ser prudente. «En Galicia hay voluntad política, pero es muy dudosa la competencia de la Xunta en la materia. Hay un temor a que pueda ocurrir aquí lo de Valencia», dice.
Lo que es verdad es que la custodia compartida es una solución cada vez más demandada en Galicia. «El 90 % de los padres la piden. Las madres son más reacias a hacerlo»,
explica Carmen Alarcón, abogada civilista de la Asociación de Abogados
de Familia de España. Los motivos son variados. Pero el económico pesa.
En ese sentido, José Luis Seoane recuerda que, pese a que el
Código Civil habla de esta figura como «excepcional», la línea
jurisprudencial abierta por el Tribunal Supremo
ha provocado un cambio. El alto tribunal lo ve, indica, como algo
normal e incluso «aconsejable porque permite mantener los vínculos con
los dos progenitores, y resulta más conveniente para el interés de los
menores». Solo hace un matiz: «Hay supuestos en los que no cabe. Son casos donde hay violencia machista, supuestos donde los padres abogan por modelos educativos divergentes o cuando hay una mala relación entre los progenitores durante la fase de ruptura con respecto al hijo».
No mezclar con la violencia
Pero la profesora Helena Martínez, defensora de la medida,
explica que uno de los motivos principales por el que no se otorga la
custodia compartida en los juzgados es la existencia de un alto nivel de
conflictividad entre los progenitores. Ante ello, añade, «el
Tribunal Supremo en reiteradas ocasiones ha declarado que la custodia
compartida es aún más deseable en los casos de una alta conflictividad, ya que ayuda a minimizar los efectos negativos que un divorcio puede acarrear en los menores».
Porque la prioridad ha de ser el bienestar del menor. De ahí
que, como apuntan fuentes de la Fiscalía, «no debe plantarse una
solución global para todos los casos, hay que buscar una solución
adaptada a cada familia».
Menores que se quedan en la casa familiar y padres que se turnan, una vía fallida
«Lo acordé una vez. Fue hace tiempo. Los padres debían
compartir el cuidado de los niños, que se habían quedado a vivir en la
casa familiar. Eran los mayores los que se movían en función de los días
que les tocaba cuidarlos, no los hijos que continuaban en su casa. Fue
durante un tiempo determinado, mientras los padres no se deshacían de la
vivienda común». Carmen Alarcón recuerda un caso que se corresponde con
una medida adoptada en algunos casos de custodia compartida, pero que
no acaba de resultar bien vista por los juristas.
La experiencia mostró que era un fracaso en la mayor parte de los casos. «Hay que disponer de tres viviendas, con todo lo que ello supone», matiza Carmen.
Y la letrada de Camelle (Camariñas)
del despacho madrileño Aba Abogadas Tania Pose apunta que «no gustan
nada las casas nido a los jueces, porque acaban, en la mayor parte de
los casos, como un completo desastre, incluso ha habido algún caso que
llegó al juzgado de lo penal».
Una solución ideal pasa por evitar el fenómeno de los niños maleta
No hay una fórmula estándar para resolver el régimen de
responsabilidad de cada progenitor en una custodia compartida. «Una
solución ideal pasa por evitar lo que se llama niños maleta -explica
tania Pose-, lo que implica que los pequeños tengan sus cosas
personales por duplicado en la casa de su madre y de su padre para que
no tengan que andar con la maleta de un lado a otro. De esa manera únicamente deberían llevar el material escolar».
Para Helena Martínez, una fórmula que está bastante bien es
la custodia compartida semanal. «La idea es que recojan a los niños a la
salida del colegio los lunes. De esa forma los pequeños no tienen que
desplazarse tanto y lo hacen de una forma más ordenada que en una
custodia individual con un régimen, por ejemplo, de pasar fines de
semana alternos con el padre o madre no custodio». Con todo, lo mejor es
adaptar el acuerdo a cada caso.
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