martes, 27 de enero de 2015

ABC


Claves para una guarda y custodia compartida con éxito


De acuerdo con los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, en el año 2013, el 17,9% de las guardas y custodias acordadas fueron compartidas, lo que supone un incremento de tres puntos con respecto al año 2012. «Es una fórmula que va en aumento, pero no vale para todas las familias», advierte el psicólogo y director de programas de la Fundación de Ayuda al Niño y Adolescente en Riesgo (ANAR), Benajamín Ballesteros. ¿Cuál es la situación en nuestro país? El Código Civil permite a los jueces acordar laguarda y custodia compartida cuando lo soliciten ambos progenitores o bien, con carácter excepcional, cuando lo solicite sólo uno de ellos y siempre que puedan fundamentarla en que sólo de esta forma se protege adecuadamente el interés superior del menor. Es más, hay determinadas comunidades, como Aragón y Valencia ,que incluso han establecido a través de su legislación autonómica la atribución de la guarda y custodia compartida con carácter preferente y/o general.
A esto se añade que el 19 de julio de 2013 se aprobó el «Anteproyecto de Ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio» aunque, según la abogada y directora del teléfono ANAR, Leticia Mata, «se ignora si llegará a convertirse en Ley en esta legislatura». Aun así, remarca, este Anteproyecto supone «un avance» en lo que respecta a este sistema «al quitar el carácter excepcional a la atribución de la guarda y custodia compartida cuando sea solicitada por uno solo de los progenitores —como ya ha venido interpretando el Tribunal Supremo en sus últimas sentencias—, aunque no llega a darle un carácter preferente y/o automático». De esta forma, continúa Mata, «seguirá siendo el Juez quien, previo examen de las circunstancias de cada caso en concreto, determine la guarda y custodia atribuible al mismo, con base en el interés superior del menor».
Como novedad, añade esta letrada, «establece la posibilidad de que el Juez otorgue este tipo de guarda y custodia aunque no haya sido solicitada por ninguno de los progenitores, cuestión que ha suscitado mucho debate por ir en contra de la doctrina jurisprudencial actual y porque, en definitiva, parece arriesgado obligar a ambos progenitores a aceptar un régimen de guarda y custodia no deseado por ninguno de ellos».

Recomendaciones para el éxito


Sí que existen unas claves para que salga bien, explica Ballesteros. «La primera de todas es ser conscientes de que, tras una separación, las familias viven un profundo cambio que afecta a todos los miembros de la misma». No obstante, matiza este psicólogo, «en función de cómo los adultos implicados enfoquen el tema con sus hijos y lleven a cabo la separación, la situación se hará más llevadera para todos».
En segundo lugar, prosigue este experto, «es muy importante que la decisión de la separación se transmita a los hijos por los dos progenitores a la vez, con claridad, adaptándose a su edad y transmitiendo que, a pesar de que es una elección dolorosa, es la mejor opción para todos. Y además es necesario dejarles un espacio para que puedan preguntar aquello que no han entendido o que les preocupa. Tal vez no les surjan dudas en ese momento porque necesitan adaptarse y digerir la noticia, pero sea más adelante cuando necesiten respuestas. Es, además, necesario que los padres estén presentes en ese momento y se muestren cercanos». Pero como base principal ante una separación, concluye Ballesteros, «es crucial transmitir a los hijos que aunque los padres ya no vivirán juntos, seguirán siendo siempre sus padres y estarán ahí cuando lo necesiten».

Consejos a tener en cuenta

En relación a todo lo anterior, queremos ofreceros diez consejos claves a tener en cuenta cuando tras una separación o divorcio, se tiene la guarda y custodia compartida de los hijos/as.
1. Actuad siempre pensando en el «interés superior» de vuestros hijos. Tras la separación, es necesario que todas las decisiones que vayáis a tomar y que afecten a vuestros hijos/as, las toméis pensando en ellos y en qué les va a beneficiar más.
Es importante que los padres tengáis la disposición de apartar los conflictos entre vosotros cuando se trata de decidir sobre ellos y que las decisiones que toméis sobre los hijos no sean nunca contradictorias. Estar de acuerdo en las cosas que les afectan y transmitirles la misma información es condición sine qua non para afrontar la separación de una forma saludable. Esto hará que se sientan seguros/as ante la nueva situación.
2. Estabilidad.
Los niños/as necesitan que en su entorno haya estabilidad para poder crecer y evolucionar positivamente. En este sentido, es importante que se sigan manteniendo sus rutinas diarias (hora de ir al colegio, horarios de comidas, recogidas del colegio, deberes, horarios de acudir a la cama, pautas de educación…) Esta estabilidad proporcionará a vuestros/as hijos/as la tranquilidad y seguridad necesarias para poder vivir la nueva situación con normalidad.
3. Evitar, en la medida de lo posible, que cambie el entorno de vuestros hijos.
Vuestros hijos/as van a tener la sensación de normalidad y seguridad ante la nueva situación, principalmente, si pueden seguir viviendo en el mismo entorno en que vivían. Por ello, en los casos de custodia compartida es importante que ambos padres viváis cerca para que ellos puedan mantener sus amistades y lugares en que se mueven habitualmente. Esto es difícil, no siempre es posible, pero para ellos sería la situación ideal. Asimismo, es importante que el hecho de estar con uno u otro progenitor la misma cantidad de tiempo, no suponga para vuestros hijos/as grandes desplazamientos con el consiguiente gasto de tiempo para ellos.
4. La relación periódica de los hijos/as con ambos padres y sus respectivas familias es muy importante.
La tolerancia y el respeto entre vosotros, padres, es fundamental para proporcionar a vuestros hijos/as relaciones saludables con sus familiares. Además, no podéis olvidar que es un derecho de vuestros hijos/as y una necesidad poder seguir manteniendo las relaciones con la familia de los dos progenitores y relacionarse con ellos de manera natural y periódica. De esta forma, les proporcionaréis las herramientas necesarias para adaptarse mejor a la nueva situación y tener una evolución sana.
5. Evitar las descalificaciones y competiciones on el otro progenitor por conseguir el cariño de vuestros hijos/as.
Las descalificaciones y competiciones necesariamente implican un escenario en el que hay una parte culpable y otra inocente. Esta situación en la que hay víctimas y verdugos obliga a los hijos a tomar una posición a favor de uno y en contra de otro generando rabia y resentimiento que le impiden digerir y elaborar la situación de forma sana. Aunque ya no seáis pareja, seguís siendo padres y ellos deben estar al margen de vuestros conflictos para evitarles situaciones en las que sientan que «tienen que elegir» entre uno de los dos. Llevarles a esta situación les hace daño y llegan a sentirse culpables de lo que ocurre entre sus padres. No olvidéis que os necesitan a los dos por igual para su crecimiento y evolución.
6. Mostrar cariño y presencia.
Si las muestras de afecto y la presencia de calidad de los padres es importante en la evolución de los hijos/as, lo es más cuando los padres se separan. Vuestros hijos/as necesitarán sentir que les seguís queriendo como antes de la separación y que les dedicáis un tiempo de calidad a cada uno. En este sentido, si vuestras obligaciones laborales os impiden estar con vuestros hijos/as, no deleguéis ese tiempo en terceras personas y permitir que lo cubra el otro progenitor, si cabe la posibilidad, aunque no «le toque» estar con él/ella. Siempre que sea posible, es mejor para ellos que estén con sus padres que con terceras personas. Una vez más, para conseguirlo, impera el respeto entre vosotros.
7. Expresión de emociones.
Una situación de separación genera muchos sentimientos y emociones contradictorias en todos los implicados. Tanto en los padres como en los hijos/as. Es bueno reconocerlo y dejar espacio a la expresión de estas emociones. Es tarea de los adultos, en este caso de los padres, ofrecer a vuestros hijos/as la contención y la escucha necesarias para que puedan contaros con libertad sus sentimientos ante vuestra decisión. Así mismo, no os sintáis culpables si en algún momento expresáis emociones ante ellos. Sois humanos y es bueno que vean que es así. Sin embargo, es igual de importante que transmitáis que juntos vais a aprender a adaptaros a la nueva situación. Buscad apoyo en otros adultos de vuestro entorno más cercano.
8. Estar más pendientes de los cambios en vuestros hijos/as.
Si desde vuestro papel como padres siempre es importante estar pendientes de los cambios que manifiestan vuestros hijos/as, lo es más cuando se da una situación de separación. Es importante que estéis pendientes para reconocer señales de malestar y lo comuniquéis al otro progenitor para actuar juntos. Además, en los casos de custodia compartida, estos acuerdos a la hora de actuar y tomar decisiones sobre los hijos/as son fundamentales porque van a estar el mismo tiempo con ambos y debéis tener la misma información para poder ofrecerles la ayuda adecuada.
9. Contacto frecuente con los profesionales que están con vuestros hijos/as.
Cuando en vuestra separación se establece que la custodia de vuestros/as hijos/as sea compartida, ambos debéis conocer la evolución en las distintas áreas de la vida de vuestros hijos/as. En este sentido, es bueno que os comuniquéis con la misma frecuencia, aunque sea por separado, con sus profesores/as, médicos, monitores… De esta manera mostraréis a vuestros hijos/as que os interesan tanto como antes y que estáis abiertos a cualquier sugerencia de estos profesionales para ayudarles en su bienestar.
10. Píde ayuda si la necesitas.
Si como padre a lo largo de todo este proceso de adaptación a la nueva situación, te surgen dudas sobre cómo actuar, puedes comunicarte con la Fundación Anar a través del Teléfono ANAR del Adulto y la Familia (600 50 51 52) o bien escribirles a través de su servicio de Email ANAR, al que se accede a través de www.anar.org. También puedes decirle a tus hijos/as que, si lo desean, pueden llamar gratuitamente al Teléfono ANAR de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (900 20 20 10) o comunicarse a través de Email ANAR. Todos sus servicios están atendidos por un equipo de psicólogos (apoyados por abogados y trabajadores sociales), disponibles las 24 horas del día todos los días del año, que orientarán de manera confidencial y anónima.