miércoles, 18 de mayo de 2016

La Voz de Galicia

Deniegan la pensión alimenticia a un nini vigués de 24 años por su «apatía» en la búsqueda de empleo

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Un divorciado harto de pasarle la pensión de alimentos a su hijo, un nini de 24 años, ha logrado que la Audiencia le dé la razón. El tribunal considera que ya está bien de que el vástago reciba una paga mensual de su padre cuando él está completamente sano y tiene edad suficiente para ganarse la vida por sí solo, cosa que no hace porque ni estudia ni trabaja. En concreto, la Audiencia lo tilda de «apático» porque ni siquiera se inscribió en la oficina de empleo hasta años después de comenzar el pleito. Los hechos se remontan a junio del 2014, cuando el juzgado de primera instancia número 5 de Vigo acordó la extinción de la pensión de alimentos que el padre debía satisfacer a su hijo. La exmujer no estuvo conforme con la sentencia y apeló a la Audiencia, la cual le ha vuelto a denegar más dinero.
La ley establece que la obligación del padre puede cesar por la mala conducta del hijo o por su falta de aplicación en el trabajo. El padre relató la trayectoria escolar del hijo, que repitió sexto curso de Primaria, segundo de la ESO y abandonó sus estudios en tercero de la ESO. Unos años después obtuvo un certificado de manipulador de alimentos que le llevó 3 horas de clase y otro de prevención de riesgos laborales que le ocupó 20 horas. Desde que abandonó sus estudios en el 2009, el joven realizó trabajos esporádicos, por lo que estuvo de alta 40 días en la Seguridad SocialTras perder el primer pleito, en el 2015, se dio de alta como demandante de empleo.
La Audiencia de Pontevedra vuelve a denegar ahora la obligación de dar alimentos al joven. Sostiene que la falta de aplicación y aprovechamiento en los estudios es «patente». El tribunal también destaca que el descendiente desempeñó algunos trabajos de modo esporádico, «lo cual quiere decir que cuando ha tenido propósito de buscarlo lo ha encontrado».
La sala añade que «un dato claro sobre la actitud de apatía y desinterés o ausencia de voluntad clara y decidida de encontrar empleo» es que el beneficiario de la pensión alimenticia no se inscribe en la oficina del paro hasta «mucho después» de que el padre presente la demanda para extinguir el pago.
Sano, pero con poco empeño

La Audiencia da la razón al progenitor y concluye: «No cabe mantener una pensión de esta naturaleza, respecto a una persona que ha superado ampliamente la mayoría de edad, que no tiene impedimento físico o de cualquier otro tipo y que no muestra especial firmeza o empeño en la búsqueda de trabajo».

martes, 10 de mayo de 2016

ABC

Se triplican los matrimonios civiles en España

Son datos del Informe sobre la Evolución de la Familia en España 2016 realizado por el Instituto de Política Familiar

Dos de cada tres matrimonios (67,6%) se unen exclusivamente por lo civil. Esta es una de las conclusiones más llamativas del amplísimo informe que presenta hoy el Instituto de Política Familiar (IPFE) sobre la Evolución de la Familia en España 2016 y al que ha tenido acceso ABC. Así, de los los 158.425 matrimonios registrados en 2014, un total de 107.075 se realizaron únicamente por esta vía. El dato más alto sería el de Cataluña, donde 8 de cada 10 matrimonios se casan de forma administrativa (un 82,6% de este tipo de matrimonios frente a los eclesiásticos), seguida de Baleares (un 79,3%), o Canarias (76,7%). En el otro extremo de la tabla se encuentra Extremadura, con un 51,7% de bodas civiles.
Si bien es verdad que la tendencia en la reducción de los matriminios religiosos ya se venía registrando desde hace varias décadas, desde 2000 ha sido «vertiginoso, llegándose a triplicar», según el vicepresidente de IPFE, Mariano Martinez-Aedo. «La velocidad en este cambio al matrimonio civil está hablando de un cambio dramático en la sociedad», afirma este experto.

Se desploma la nupcialidad

Un cambio que además, prosigue Martínez-Aedo, está agravado por la «reducción en el número de uniones por la Iglesia». La tasa de nupcialidad (número de matrimonios canónicos por cada 1.000 habitantes) se ha desplomado hasta el 3,45 y llegaría a 2,8 si no fuera por los matrimonios internacionales, según este estudio. Por contra, han aumentado de forma espectacular las parejas de hecho, (1 de cada 7 hogares) llegando a triplicarse si tomamos como referencia las registradas en 2001. «El matrimonio está sufriendo variaciones tanto en su número, como en su duración, sus atributos o su composición. Esto, si lo comparamos con nuestros orígenes, refleja una crisis poliédrica del país en su conjunto», advierte el vicepresidente de IPFE.