martes, 2 de agosto de 2016

La Voz de Galicia

La Audiencia de Lugo obliga a un padre a seguir pasando pensión a sus dos hijos de 26 y 21 años

Los dos viven actualmente con su madre y el mayor es, además, padre de familia

La Audiencia de Lugo obliga a un padre a que siga pasando la pensión alimenticia a sus dos hijos de 21 y 26 años. Los dos viven con su madre y el mayor es padre de familia. El alto tribunal de Lugo revocó el fallo de un juzgado de primera instancia de Lugo, que consideraba que el progenitor no tenía que pagar 300 euros mensuales a los hijos después del divorcio de su esposa, que tuvo lugar en el año 2007. La jueza de instancia basaba su decisión, entre otras razones, en la «actitud indolente a la hora de buscar trabajo y aprovechar sus estudios» de los destinatarios de la pensión.
La magistrada que inicialmente eximió al padre del pago entendía que los dos hijos figuraban como demandantes de empleo, pero que no participaban en ninguna actividad formativa y advertía que ambos hombres no habían demostrado interés en ampliar su formación sobre todo cuando no encontraban trabajo.
Dice la jueza que, cuando en una ocasión llamaron a uno de ellos para un curso, no acudió porque tuvo que operarse de una catarata y alegó que estuvo un día hospitalizado y 72 horas sin poder conducir. En cuanto al otro, la jueza destaca que trabajó 40 días en cinco años.
Sin embargo, el fallo de la magistrada lucense fue tumbado por la Audiencia. Los magistrados justifican la situación de los dos hombres en la situación de crisis económica actual y en que están apuntados como demandantes de empleo, sin que pudieran optar a cursos de formación para mejorar su situación.

lunes, 1 de agosto de 2016

La Voz de Galicia

Es posible que usted se divorcie después de vacaciones

Cada año en Galicia hay unas 5.600 parejas que deciden zanjar su matrimonio. La mayoría (en torno a un 74 %) lo hacen de mutuo acuerdo y el resto se van al contencioso

El divorcio se legalizó en España en 1981 y, de acuerdo con los últimos datos del INE, cada año hay en el país más de 100.000. Algunos expertos calculan que uno de cada tres comienzan a fraguarse durante las vacaciones de verano y la ruptura se realiza en septiembre, justo a la vuelta. ¿Por qué ocurre esto? Fácil de explicar: la pareja -sobre todo aquella que es estable, está casada y tiene hijos- se encuentra cargada de obligaciones familiares y laborales que le pesan como una losa durante los meses de invierno. Soportan la situación porque están inmersos en una rutina en la que no disponen de tiempo para hablar todos los asuntos de sus vidas que les agobian y que odian. Suelen tener tiempo para todo, menos para mirarse a la cara, disfrutar o discutir para poner las cosas en orden. Con lo cual, los conflictos no paran de amontonarse. Uno tras otro. Sin pausa.
Con las vacaciones aparece el tiempo libre y con él la monotonía desaparece y llega el momento de centrarse en los defectos del otro, echárselos en cara y comenzar a gritos hasta no poder más. De ahí a tomar la decisión de divorciarse hay solo un paso.
Cada año en Galicia hay unas 5.600 parejas que deciden zanjar su matrimonio. La mayoría (en torno a un 74 %) lo hacen de mutuo acuerdo y el resto se van al contencioso. Es en ese momento cuando se comienzan a sufrir las consecuencias económicas de la decisión. Vamos, que divorciarse cuesta una pasta, y en unas ciudades más que en otras.
Un divorcio de mutuo acuerdo en A Coruña y sencillo (prácticamente ninguna propiedad y con dos nóminas), puede rondar los 2.000 euros. Los cobrará el abogado, que puede ser común a los dos cónyuges, en el supuesto de que tengan muy claro el acuerdo que va a regir sus relaciones personales, económicas y con sus hijos. A esa cantidad hay que sumarle otros 500 euros del procurador, que puede reducirse a 200 aproximadamente si no se fijase pensión de ningún tipo.
Si no hay acuerdo, mejor es que cada cónyuge esté asesorado por un abogado. Quizá puedan llegar a mutuo acuerdo, pero cada uno con su defensa letrada y representación procesal. Si tras las negociaciones, no se ve posible un pacto, queda la vía contenciosa. En tal escenario, los honorarios se incrementan. Y es que, además de abogado y procurador, intervendrán otros profesionales: perito judicial, tasador, psicólogo, etcétera. De referencia, un perito judicial que intervenga en la tasación para la liquidación de una sociedad de gananciales de 300.000 euros, pongamos por ejemplo, pasará una factura de 11.000.
El gasto puede ser aún mayor si, además de divorciarse, es necesario liquidar la sociedad de gananciales. Y tampoco es lo mismo hacerlo con único bien, como un edificio, valorado en cinco millones de euros, que, aunque sumen el mismo importe, se trate de varios bienes inmuebles, derechos reales, sociedades mercantiles, negocios profesionales, productos financieros? Esa complejidad requerirá al abogado una mayor dedicación de tiempo y eso cuesta dinero. Aunque haya orientación de honorarios por cuantías en los colegios de abogados, la tendencia es a la libertad de pacto letrado-cliente. Es comúnmente aceptado que una parte de los emolumentos se establezcan como un porcentaje del reparto. Por ejemplo, que el abogado facture entre el 1 y el 1,5 % de la cantidad que se adjudique el cónyuge a quien asesora.
Por cierto, a todos los honorarios, que son aproximados, porque varían en función de los factores a tener en cuenta (pensión alimentos, compensatoria, etcétera), además hay que sumarles el 21 % de IVA.
Apunte positivo: algunos cambios introducidos en la ley han desjudicializado determinadas separaciones y divorcios de mutuo acuerdo, siempre que haya hijos mayores de edad, aunque siempre asistidos por un abogado. En estos casos existe la posibilidad de que los notarios y los secretarios judiciales hagan el papel del juez. En tal supuesto, solo se precisaría un documento notarial sin cuantía, que podría costar 140 euros. Si se fijase pensión, por ejemplo de 1.000 euros y capitalizada 30.000, el documento costaría menos de 300. La cantidad a pagar rondaría entre los 2.500 y los 3.000 euros si además se incluyese el convenio regulador protocolizado por el notario y la liquidación de la sociedad de gananciales de 5 millones.

ABC

Esta es la huella que deja tu estado amoroso en tu salud cardiovascular

Aunque el infarto es más común en los hombre, cuando hay un divorcio el factor de riesgo es mayor en mujeres

La Fundación Española del Corazón (FEC) recuerda la importancia que tiene el estado amoroso de las persona en su salud cardiovascular. Concretamente, el estudio «Association between divorce and risks for Acute Myocardial Infarction» publicado el pasado año en la prestigiosa revista «Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes», señala la relación entre estar divorciado y el riesgo de padecer un infarto agudo de miocardio.
«La principal conclusión del estudio y la que llama más la atención es que, mientras se sabe que los infartos afectan más a los hombres que a las mujeres, el divorcio como factor de riesgo de esta enfermedad es más común entre ellas», afirma el doctor Lorenzo Silva, secretario general de la FEC.
Concretamente, el estudio muestra que las mujeres que actualmente están divorciadas tienen una probabilidad 1,52 veces mayor de padecer un infarto que las mujeres casadas, mientras que el aumento de la probabilidad en el caso de los hombres es de 1,26 veces.
Otro dato a tener en cuenta es que mientras que en el caso del hombre el volver a casarse reduce este riesgo, en el de la mujer este riesgo sigue manteniéndose. Así, las mujeres divorciadas que vuelven a casarse tienen una probabilidad 1,35 veces más alta de sufrir un infarto que las mujeres casadas.

Dos o más separaciones en los hombres

«En el único caso en el que el divorcio afecta de forma más elevada también a hombres es cuando estos han sufrido dos o más separaciones en su vida. De todas formas, las cifras en las mujeres siguen siendo más elevadas (dos veces más probabilidad en el caso de las mujeres y 1,38 en el de los hombres)», destaca el doctor Silva quien además considera que, «aunque el estudio no analiza el porqué de esta relación, está documentada la relación entre el estrés crónico, como puede ser un divorcio, y el aumento del riesgo cardiovascular. El estrés provoca reacciones biológicas en nuestro organismo como aumento de la presión sanguínea, la conocida hormona del estrés o cortisol, y la hemoglobina glicosilada que puede provocar una coagulabilidad de la sangre».
Sobre el uso de estos resultados, el secretario general de la FEC opina que, «se trata de un indicador más del papel que juega el estrés en nuestra salud. Creo que sería interesante considerar el estado amoroso de una persona a la hora de valorar su riesgo cardiovascular».

ABC

Estas son las diferencias entre el divorcio exprés de Francia y España
En el país galo se puede realizar a través de internet y obtener una sentencia en tres meses, mientras que en España los plazos son más largos

El Gobierno francés ultima un proyecto de ley para poner en marcha un nuevo modelo de divorcio exprés: por internet y más económico. El objetivo de la propuesta del Ministro de Justicia, Jean-Jacques Urvoas, que se discutirá en la Asamblea francesa a partir del 17 de mayo, es acelerar los procedimientos de divorcio con consentimiento mutuo, de forma telemática, minimizando los procedimientos legales y reduciendo el coste económico a unos 500 euros.
A través de internet, los cónyuges pueden realizar el montaje del procedimiento en quince días, siempre que sea por mutuo acuerdo. La espera de la sentencia sigue siendo de dos a tres meses. Pero el coste final de la separación/divorcio se reduce a 500 o 600 euros.
El procedimiento tradicional del divorcio suele durar seis meses largos, si todo va bien y ambas partes están totalmente de acuerdo. De uno a tres meses de procedimiento jurídico y de dos a tres meses de espera ante la audiencia clásica. Ese procedimiento tradicional cuesta entre 1.900 y 2.400 euros.
En España también existe la figura del divorcio «exprés» a través de la Ley 15/2005 por el que se modifican el Código Civil y la Ley de Enjuiciamiento Civil en materia de separación y divorcio. Se le denomina popularmente como «exprés» porque se puede solicitar el divorcio tres meses después de producirse el casamiento. Antes de esta reforma era obligatorio esperar un año desde que hubiese sentencia de separación.
Pese a que se agiliza el proceso, los plazos para que salga la sentencia de divorcio siguen siendo los mismos, ya que dependen del volumen de trabajo que tenga el juzgado. Según un informe del Consejo General del Poder Judicial del año 2008, las sentencias del 56 por ciento de los divorcios de mutuo acuerdo tardaron una media de entre uno y tres meses, mientras que los contenciosos llevaron entre 5 y nueve meses.
Un divorcio de mutuo acuerdo en España puede oscilar entre los 300 euros y los 1.500 euros, mientras que un divorcio contencioso (cuando se interpone de forma unilateral) puede costar más de 2.000 euros.
En España además los cónyuges pueden divorciarse ante notario después de la entrada en vigor el 2 de julio de 2015 de la Ley de Jurisdicción Voluntaria. Los requisitos son que sea de mutuo acuerdo y no haya hijos menores de edad.

ABC

Pide el divorcio la misma noche de bodas
El novio estalló porque su mujer no quiso practicar sexo ya que estaba respondiendo a las felicitaciones de sus amigos con el móvil

La noche de bodas suele ser el momento más esperado por los cónyuges nada más terminar la ceremonia. Después de un largo día, los recién casados por fin disponen de un poquito de intimidad y tiempo para disfrutar y consumar el matrimonio. Sin embargo, en ocasiones todo se tuerce y el idiolio se convierte en desamor en un abir y cerrar de ojos. Esto fue lo que le ocurrió a una pareja saudí en la ciudad de Yeda según publica el Dailymail.
Nada más terminar la celebración del enlace, los «tortolitos» se fueron a su habitación del hotel. Él contaba con disfrutar de una noche de placer sexual con su esposa, pero ella tenía otras prioridades: responder con el móvil a las felicitaciones recibidas por sus amigos. Un pariente del matrimonio contó al diario saudí Al Watan que «cuando él intentó acercarse e intimar, ella lo ignoró, sin responder a sus palbras o intentos de cortejo».
En un primer momento, el novio pidió a su mujer que dejara el teléfono móvil y le prestara más atención. Ante la negativa de la novia frente a sus pretensiones, este le preguntó si eran más importantes sus amigos que su marido, a lo que ella respondió que, efectivamente, así era.
Completamente en «shock» por la actitud de su mujer, el novio se calentó y comenzó una tensa discusión. Momentos después, él le pidió el divorcio y abandonó el hotel. A pesar de que un tribunal remitió el caso a un comité de reconciliación, el novio se ha mantenido firme en su decisión de divorciarse y poner fin al enlace unas horas después de dar el sí quiero a la que pensaba iba a ser la mujer de su vida.
Según un experto legal de Arabia Saudí, el 50 por ciento de los divorcios en el país se producen en parejas de recién casados. Los malentenidos y los diferentes puntos de vista sobre lo que implica el matrimonio son las principales causas de divorcio entre las parejas jóvenes. Y es que, como ha señalado este jurista, «los matrimonios están destinados a fracasar cuando no hay bases sólidas o confianza suficiente».

ABC

El número de divorcios ante notario duplica al de bodas
Un año después de la entrada en vigor de la Ley de Jurisdicción Voluntaria


Durante el primer año de vida de la Ley de Jurisdicción Voluntaria, casi 2.300 parejas han pasado por las notarías españolas para contraer matrimonio, y más de 4.600 para lo contrario, para divorciarse. Con la elección del notario como funcionario público encargado de velar por la seguridad jurídica de estos procesos, esas casi 7.000 parejas han descongestionado un poco más la Administración de Justicia en asuntos no contenciosos y que no exigían, por tanto, la intervención de un juez. Seis bodas al día versus casi 13 divorcios realizados son los datos ofrecidos por el Consejo General del Notariado, cifras cuya proporción difiere de la tendencia general en España, donde, según datos del Instituto de Política Familiar, las bodas siguen prevaleciendo todavía a los divorcios (10 matrimonios por 7 rupturas).
Lo que sí está claro es que las parejas divorciadas ante notario han debido cumplir una serie de condiciones recogidas en la Ley de Jurisdicción Voluntaria, como que hayan pasado al menos tres meses de la celebración del matrimonio, que el divorcio o la separación hayan sido de mutuo acuerdo y que no haya hijos menores o hijos con la capacidad modificada judicialmente que dependan de ellos. Para este tipo de parejas, con toda seguridad, la formalización de la escritura de separación o divorcio ante notario ha sido una vía rápida y segura.
En el caso de los matrimonios, la función del notario comienza tras la tramitación del expediente matrimonial por el Registro Civil, aunque a partir del 30 de junio de 2017 los notarios se encargaráencargarán también de la realización de este expediente, junto con la celebración de la boda.

Las Comunidades más pequeñas cuadriplican el número de divorcios

Durante este primer año, las tres Comunidades Autónomas donde, en términos absolutos, se han celebrado más bodas y divorcios ante notario han sido Madrid, Cataluña y Andalucía. Madrid ha sido la primera Comunidad en divorcios (1.100) y la tercera en bodas (462), y Cataluña, la primera en matrimonios (500) y la tercera en divorcios (576). Andalucía, la Comunidad Autónoma más poblada, ha sido la segunda en el ranking tanto en bodas (512), como en divorcios (898).

Además de bodas y divorcios…

A los notarios, como juristas de reconocido prestigio y funcionarios públicos, la Ley de Jurisdicción Voluntaria les ha conferido la autoridad pública de casar, separar o divorciar, pero también la de resolver otros asuntos civiles, mercantiles o sucesorios que antes realizaban los jueces. Entre otras muchas funciones que hoy realizan los notarios destacan la reclamación de deudas dinerarias no contradichas que logran el pago de facturas sin entrar en costosos y largos litigios judiciales; la aceptación de herencias a beneficio de inventario, de forma que nuestro patrimonio quede a salvo por posibles deudas del fallecido, y la declaración de herederos abintestato (herederos de personas que no han hecho testamento) de parientes colaterales o de parejas de hecho.
«En este primer año de aplicación de la Ley de Jurisdicción Voluntaria ha demostrado su utilidad social, aunque todavía requiere que los ciudadanos conozcan todos los servicios que incluye y sus ventajas», asegura Salvador Torres, vicepresidente del Notariado. Pero todavía hay pasos que dar, como «conectar telemáticamente las notarías con el Registro Civil, al que los notarios deberíamos poder acceder por esta vía, así como incrementar la colaboración de los órganos colegiales o la creación de un órgano de coordinación entre el Consejo General del Notariado y el Consejo General del Poder Judicial».