miércoles, 27 de septiembre de 2017

ABC

El divorcio explicado para niños

Según datos del INE, el 47,2% de los matrimonios separados o divorciados tienen hijos solamente menores de edad 

Tras las vacaciones, numerosas parejas optan por separarse o divorciarse, y son diferentes los motivos que propician que tenga lugar durante esta época. Pasar más tiempo con tu pareja puede ser estupendo, pero también puede ser el origen de muchos conflictos y discusiones, por lo que la capacidad de solucionar los problemas que surgen fuera de la rutina diaria se pone a prueba.
Muchas veces se espera que el pasar tiempo juntos en vacaciones suponga un descanso y la solución a los problemas, o al menos que las tensiones del día a día se relajen; sin embargo en muchas ocasiones sucede justo lo contrario: se acentúan los problemas. A esto hay que sumarle un posible incremento del tiempo compartido con la familia política o los hijos, que puede convertirse en otro foco de conflicto.
En cualquier caso y tras la difícil decisión del divorcio, muchos puede que no sepan cuál es la forma más saludable de enfrentar la situación y explicársela a sus hijos. Para estas situaciones de transición estos consejos de ifeelonline.com pueden ser de utilidad:
¿Qué ocurre con los hijos después de un divorcio?
En España, según los datos del INE, el 47,2% de los matrimonios correspondientes a las resoluciones de separación o divorcio tenían sólo hijos menores de edad; el 4,6% sólo hijos mayores de edad dependientes económicamente; y el 5,2% hijos menores de edad y mayores dependientes. Estos menores que se encuentran en medio de una situación de separación o divorcio de sus padres pueden tener dificultades al encajar la situación, afectando a su personalidad, e incluso a su rendimiento escolar.
Múltiples factores son los que afectarán a los hijos durante y después del divorcio. Desde la pérdida de poder económico que supone el fin del ahorro común de la pareja, hasta un posible cambio de residencia (cambio de rutina, de escuela, amigos…). Además hay que añadir la reducción de la presencia de uno de los progenitores, o el proceso de aceptación a una nueva persona en su vida si existen terceras personas en la vida de sus padres.
Todo esto puede conllevar sufrimiento y la mala aceptación del divorcio por parte del niño, que necesitará ayuda para comprender la nueva situación. Según ifeelonline, «este debe entender que no es culpable de lo que está ocurriendo, y que pase lo que pase no se quedará solo. Quizás lo ideal sea que un experto nos ayude a gestionar este complicado proceso de adaptación: ayudarle a entender que sus progenitores entienden su dolor o que no puede forzar la situación para obligar a sus padres a estar juntos, pero sobre todo, que no es el responsable de la situación».
Estos son algunos de los consejos de ifeelonline para tener un buen divorcio, en la medida de lo posible:
—Ambos padres deben implicarse en ayudar a su hijo en este periodo, simplificando la dificultad.
—Modificar las rutinas que incluyan a los niños lo menos posible.
—Mantener a los hijos al margen de las discusiones de pareja y comentarios legales.
—Evitar hablar mal del otro, y culparle de las situaciones, en presencia del menor.
—Mantener la presencia de ambos progenitores en el día a día del niño.
—No utilizar al niño para castigar a la pareja (dificultar el contacto por ejemplo) o echarle cosas en cara al otro.
—Recordar que el hijo no es la persona en la que apoyarse, sino alguien que necesita apoyo.
—Tomar decisiones consensuadas con respecto a los hijos: no ser pareja no significa no seguir siendo padres.
—Si la decisión está tomada y es definitiva, lo mejor es hablar con vuestro hijo con sinceridad: una charla adecuada a su edad explicándole la situación sin ponerle en contra de ninguno. Es importante hacerle saber que aunque sus padres van a separarse, ambos le siguen queriendo igual. Que tiene derecho a sentirse triste o enfadado, pero que poco a poco pasará.
Lo que hay que tener en cuenta ante todo, aseguran desde ifeelonline, es que «él no necesita saber los problemas que os han llevado a tomar la decisión (eso son cosas de pareja), necesita saber que sus progenitores están presentes en su vida y necesita saber ahora, más que nunca, que eso no va a variar. A pesar de que hayáis decidido separaros, ambos seguís siendo padres y el niño nunca ha de ser utilizado como una herramienta para enfrentarse a la ex-pareja ya que quien acabaría sufriendo sería él». 


martes, 26 de septiembre de 2017

ABC

¿Qué hacer si me quiero divorciar?

Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística Dicha cifra en 101.294 las rupturas del año pasado, un 0,1% menos que en 2015.  Por regiones, la Comunidad Valenciana y Cataluña encabezan las disoluciones matrimoniales, con una tasa de 2,5 por cada mil habitantes; frente a Castilla y León y Extremadura (1,7 por mil). 


Según los demógrafos, «el matrimonio ya no nace concebido para toda la vida». Antes de quebrar, las uniones conyugales duran entre 16 y 20 años de media en nuestro país.
Son algunas de las conclusiones que se desprenden de las últimas cifras aportadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) referente a las nulidades, separaciones y divorcios registrado en 2016.
Dicha estadística cifra en 101.294 las rupturas del año pasado, un 0,1% menos que en 2015.  Por regiones, la Comunidad Valenciana y Cataluña encabezan las disoluciones matrimoniales, con una tasa de 2,5 por cada mil habitantes; frente a Castilla y León y Extremadura (con una tasa de 1,7 por mil, muy por debajo del promedio nacional).
Que el matrimonio ya no es «hasta que la muerte nos separe» no solo lo dicen las estadísticas. También puede desprenderse (o es una consecuencia de lo anterior) de la cada vez menor dificultad que hay en España para romper las uniones.
Sin embargo, la mayor o menor facilidad para hacerlo dependerá en buena medida de si se trata de un divorcio de mutuo acuerdo o uno contencioso, es decir, que implica un duelo en los tribunales.
Tal y como explica la OCU en su página web, «la diferencia entre ambos tipos de divorcio es enorme. Con un divorcio de mutuo acuerdo se obtienen muchas ventajas: el proceso puede resolverse en un plazo mucho más corto que si el divorcio es contencioso, los costes son muy inferiores, ya que solo hace falta un abogado y un procurador para presentar la demanda conjunta, en vez de un par de profesionales por cada miembro de la pareja», son algunas de las diferencias.
Una vez se ha establecido el tipo de divorcio, el siguiente paso se basará en buscar un abogado, un procurador y, si se recurre a la mediación familiar, un mediador.
Por otro lado, es muy normal que el matrimonio tenga una masa común de bienes y derechos, sujeta a cargas y obligaciones. En tal caso, tendrán que liquidar los bienes gananciales, es decir, componer dos lotes proporcionales teniendo en cuenta tanto las deudas como los bienes. Si la pareja se pone de acuerdo acerca de la liquidación del patrimonio común, pueden añadir a la demanda su propuesta de liquidación. Pero también lo pueden hacer antes de interponer la demanda de divorcio, acudiendo a un notario, en cuyo caso habría que buscar también a este profesional, explica desde la OCU.

Convenio regulador

Por último, hay que tener en cuenta el convenio regulador. Recoge las medidas que van a definir la vida de los ex cónyuges después del divorcio: patia potestad, guarda y custodia si hay hijos, atribución del uso de la vivienda familiar, etc. Es decir, es un documento crucial si hay hijos en común.
En los divorcios de mutuo acuerdo, la demanda de divorcio debe presentarse obligatoriamente junto a un borrador de convenio regulador, que será revisado por el fiscal (si hay hijos) y por el juez, para asegurar que se ajusta a la legalidad y no resulta perjudicial para ninguno de los interesados. Es decir, que la sentencia puede aprobar el convenio, no aprobarlo o aprobarlo solo parcialmente.

lunes, 25 de septiembre de 2017

ABC

¿Cuáles son las regiones españolas donde los matrimonios duran menos?

Según los demógrafos, «el matrimonio ya no nace concebido para toda la vida en plena segunda transición demográfica». Antes de quebrar, las uniones conyugales duran entre 16 y 20 años de media en nuestro país 

Por cada mil españoles, se producen 2,2 rupturas cada año. Menos que en otros países europeos, como Portugal y Bélgica, pero más que Italia y Malta. «Estamos en la media de nuestro entorno», asevera Teresa Castro, demógrafa del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas), «aunque si se tuviera en cuenta el número de parejas de hecho que quiebran, el dato se dispararía». Según la investigadora, cada vez se rompen más uniones, aunque al no ser formales o estar registradas, no se contabilizan en informes, como el publicado ayer por el INE, referente a las nulidades, separaciones y divorcios registrado en 2016. Dicha estadística cifra en 101.294 las rupturas del año pasado, un 0,1%menos que en 2015.  Por regiones, la Comunidad Valenciana y Cataluña encabezan las disoluciones matrimoniales, con una tasa de 2,5 por cada mil habitantes; frente a Castilla y León y Extremadura (con una tasa de 1,7 por mil, muy por debajo del promedio nacional).
También se encuentran por debajo de la media las comunidades de La Rioja, Murcia, Madrid, Cantabria y Andalucía, con una tasa de 2,1 por mil habitantes; así como Galicia, con 2; y País Vasco, Navarra, Castilla-La Mancha y Aragón, con 1,9. En Baleares, la tasa de disoluciones matrimoniales se equipara a la media nacional, 2,2, y por encima, aparte de Canarias (2,4) y las mentadas Cataluña y Comunidad Valenciana, también se sitúa el Principado de Asturias (con 2,3).
Apenas hay variaciones en datos globales respecto a años anteriores, puesto que los 96.824 divorcios que se produjeron en 2016 suponen un 0,3% más que en 2015. «La tendencia se mantiene estable; las diferencias son ínfimas», afirma a ABCDonato Ibáñez, jefe del área de Estadísticas Judiciales del INE. El año pasado hubo también 4.353 separaciones y 117 nulidades de uniones religiosas. En los procesos de divorcio y separación, se otorgó la custodia compartida de los hijos a ambos progenitores en el 28,3% de los casos (aumenta 4 puntos porcentuales), mientras en otro 66,2% se concedió a la madre.
En opinión del demógrafo Rafael Puyol, los porcentajes no representan una «diferencia signicativa» respecto a ejercicios anteriores y afianzan la idea de que nuestro país no es ajeno a la «segunda transición demográfica» que se está viviendo en «todas las sociedades occidentales», razona. La radiografía, según Puyol, es la siguiente: «Disminuyen los matrimonios formales (la gente se casa cada vez menos) y aumenta el fenómeno de la cohabitación entre las parejas más jóvenes, sin ningún vínculo civil o religioso». «La gente ya no tiene la concepción de un matrimonio para toda la vida, las reglas del juego han cambiado. La posibilidad de que duren se ha reducido, por el carácter de provisionalidad con el que nacen y porque el marco legal y económico favorecen la ruptura. Divorciarse es más barato y exprés», declara Puyol.

Una «nueva vida» a los 44 y 47 años

Los matrimonios españoles conviven una media de 16 a 20 años antes de su disolución. Cuando rompen, ellas tienen 44 años, de media, y, ellos, 47. El 22,2% de los divorcios se produjo cuando la pareja llevaba conviviendo entre 5 y 9 años.
La investigadora Castro opina que el informe del INE aporta una dimensión «parcial», al no cuantificar todas las uniones rotas por el camino. «Hay estudios que ya cifran en un tercio de los niños los nacidos de parejas de hecho», ejemplifica. 


viernes, 22 de septiembre de 2017

La Voz de Galicia

Un gerente divorciado deberá pagar una pensión de 2.000 euros al mes a sus hijas universitarias

La Audiencia sostiene que los gastos de ocio de las estudiantes van incluidos dentro de la pensión

La sexta sección de la Audiencia ha ordenado que un gerente divorciado siga pagando cada mes 2.000 euros a sus dos hijas universitarias en concepto de pensión de alimentos a pesar de que él pidió una rebaja de dicha cuantía porque le habían recortado el sueldo durante la crisis. Cada menor percibirá mil euros al mes.
El asunto se remonta al 2011, cuando ambos cónyuges firmaron el convenio regulador del divorcio que fijó la pensión de alimentos en 2.000 euros para las dos hijas del matrimonio cuando una estudiaba bachillerato y la otra iba al colegio. Ahora, ambas son universitarias y, según el tribunal, tienen que sufragarse el ocio y otras necesidades básicas que van incluidas dentro de los gastos extraordinarios que recoge la pensión.
El divorciado recurrió a los tribunales poco después para que le rebajasen la cuantía a la mitad porque alegó que su empresa le había bajado el sueleo de 5.100 euros al mes a solo 3.700, además de otras rentas de su patrimonio. Dijo que perdió 1.300 euros al mes entre el 2012 y el 2014 pero la Audiencia hizo cuentas y redujo su caída de ingresos a solo 463 euros, cifra que compensaba porque la pensión de 500 euros de la exmujer se extinguió a los dos años. Por tanto, ingresaba lo mismo.


 

miércoles, 20 de septiembre de 2017

ABC

Motivos por los que aumentan los matrimonios que tras divorciarse se casan con su misma pareja

Expertos en relaciones de pareja explican cuándo un nuevo «sí quiero» puede funcionar 

El amor es un sentimiento universal y cuando una pareja se refugia con fuerza bajo su paraguas surge todo un mundo de maravillosas posibilidades... o todo un mar de tempestades.
España parece presa de nubarrones. Cada vez hay menos matrimonios y casi siete de cada diez se separan o divorcian. Sin embargo, según confirman fuentes consultadas por ABC, existe una tendencia incipiente de parejas que tras romper su matrimonio deciden, pasado el tiempo, volver a casarse con su misma pareja. ¿Quién dijo que las segundas partes nunca fueron buenas?

Esta tendencia iniciada en los años 60 en EE.UU. con casos tan sonados como los repetidos «sí, quiero» y «ahora no te quiero ni ver» de Liz Taylor y Richard Burton, y que años después simularían Melanie Griffith y Don Johnson, Pamela Anderson y Rick Salomon, Eminem y Kimberly Anne Scott, Jean-Claude Van Damme y la escultural Gladys Portugues... también ha tenido sus réplicas en nuestro país, recuérdese el matrimonio de Pepe Sancho y María Jiménez.
Mila Cahue, doctora en Psicología Clínica y autora de«Amor del Bueno"», apunta que cada vez observa más casos en su consulta. Se trata de matrimonios que cuando acabaron su relación la cerraron bien y completamente, «es decir, no podían convivir juntos, pero nunca fueron víctimas de humillaciones ni ofensas por parte de uno hacia el otro".
La mayoría de las parejas que se dan una segunda oportunidad rompen la primera vez porque su relación está afectada por factores externos como el estrés laboral, la intromisión de la familia política, la incompatibilidad de horarios laborales, la lejanía al vivir en ciudades distintas por ambición profesional... «Con la distancia en el tiempo, el cerebro suele olvidar lo negativo, cuando no ha sido traumático, y se queda con lo bueno. Por eso, tras encontrarse de nuevo –explica Cahue– es posible que esas circunstancias que impedían la relación hayan desaparecido y que las personas hayan madurado».

Detectar los errores

No hay que olvidar, tal y como señala el doctor Adrián Cano, psiquiatra y director de la Unidad de Diagnóstico y Terapia Familiar de la Clínica Universidad de Navarra, que muchos matrimonios antes de su primera ruptura acuden a terapia y, a pesar de que decidan divorciarse, «este proceso les ayuda a detectar los verdaderos errores y a reflexionar la parte de culpa de cada uno. Información muy válida cuando se produce un reencuentro».
Lo que más sorprende a los que «tropiezan dos veces con la misma pareja» es que retoman la relación «con mucha ilusión porque el enamoramiento –insisten los dos expertos consultados– surge de nuevo con fuerza, como si fuera la primera vez». Mila Cahue añade que aparece, incluso, con mayor profundidad porque las personas esta vez sí saben dónde se meten «porque cuentan con la ventaja de saber todo de la otra persona y no tener que pensar en que hace falta cambiarle porque los defectos y virtudes son de sobra conocidos. A ello se suma la ventaja de que se supone que, como ha pasado tiempo, han madurado y se tiene más claro lo que se quiere y se espera de una relación. Si han llevado a cabo un proceso de reflexión individual sobre ellos mismos y como pareja, lo que se encuentran en esencia es una versión de ellos mismos pero mejorada».
Aunque hay parejas que vuelven a estar juntas después de cinco, diez o más años separadas, el doctor Adrián Cano apunta que es posible que esta nueva oportunidad surja con más posibilidades cuanto menos tiempo haya pasado desde el divorcio porque es cuando más sensación de apego existe y si hay hijos de por medio también es más fácil retomar la relación. «Desgraciadamente, se valora mucho más a las personas cuando no las tenemos que cuando están a nuestro lado», asegura.
No obstante, señala este psiquiatra, todo depende del valor que se le conceda al compromiso. «Vivimos en una sociedad muy acelerada, donde prima la inmediatez y queremos todo ya y a nuestra manera. Cuando no es así, rompemos con ello. Los terapeutas lo vemos en las relaciones amorosas. En cuanto hay un conflicto y tensiones, las parejas rompen en vez de dar tiempo a la posibilidad de comprometerse y esforzarse en mejorar la situación. Quizá muchas de ellas se ven abocadas al fracaso porque siguen esta inercia de una sociedad con un elevado número de divorcios».
Explica que hay muchas relaciones que aseguran: «Nos amamos pero no sabemos cómo querernos» y el principal motivo «es la gran presión social del día a día, el poco compromiso, el mínimo esfuerzo realizado por satisfacer a la otra persona, la inmadurez personal y del propio matrimonio», concluye.
Aun así, muchas parejas buscan su segunda oportunidad. Y es que en el amor todo es posible. ¿O no?

El Pais

El nuevo novio de mi ex se ha instalado en mi casa, ¿puedo desahuciarle?

La vivienda había sido adjudicada a la esposa en el momento de la disolución matrimonial, quien como usuaria del piso puede consentir la permanencia de un tercero

La Audiencia Provincial de Madrid ha resuelto un caso en el que el exmarido pretendía desahuciar al compañero sentimental de su exmujer, que convivía con ella en la vivienda que le fue adjudicada en el divorcio para que residieran ella y sus hijos menores. La pareja sentimental de su ex se instaló en el piso y no abonaba ninguna renta. A lo que hay que añadir que la casa era de titularidad exclusiva del esposo.
Casos como éstos son numerosos en la vida real, y es que es lógico que las parejas, tras la ruptura, rehagan su vida sentimental. No obstante, hay situaciones que podemos ver, desde un punto de vista humano, como ilógicas o quizás injustas, todo depende de la perspectiva.

Lo que dijo el Juzgado

Ya el Juzgado de Primera Instancia desestimó la demanda interpuesta por el exmarido. Éste intentó que se echara al "ocupante" del piso mediante un desahucio "por precario" esto es, por utilizar el inmueble, sin pagar renta a cambio, y sin ser titular de ningún derecho (ni ser propietario ni ser arrendador). La nueva pareja vivía en el piso, evidentemente, con el consentimiento y autorización de su exmujer.
El exmarido consideraba además que había sufrido un empobrecimiento por culpa de dicha situación, y exigió que se le indemnizara con 11.000 euros, calculada a razón de 640 euros mensuales, que sería el importe de un alquiler de similares características. Se daba la circunstancia de que el hijo del demandado convivía también junto con los hijos comunes de ambos cónyuges.
La sentencia rechazó la demanda al entender que el derecho del demandado, actual pareja de su ex, provenía del consentimiento por convivencia, derivado de su relación de afectividad con la persona que tenía el uso del inmueble; y tampoco cabía hablar de enriquecimiento injusto del demandado o empobrecimiento correlativo del exmarido.


Otros casos similares resueltos por la justicia

Por su parte, la Audiencia echa mano de otros casos similares resueltos por la justicia para fundamentar su fallo. Así, en otra sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Madrid de 5 de mayo de 2011, se dijo que sí existía legitimidad en la ocupación del inmueble por el tercero aunque no exista consentimiento del propietario, dada la atribución judicial del derecho al uso de la vivienda. Asimismo, se rechazaba que existiera un daño patrimonial para el titular de la finca. Añade que aunque la queja sea humanamente comprensible, es jurídicamente inatendible. Se trata de un sentimiento de injusticia por la utilización de la vivienda por una tercera persona que no paga nada por ello.
Frente a este criterio, otras sentencias, como la dictada por la Audiencia Provincial de Almería de 19 de marzo de 2007, entienden que se ha producido una modificación esencial de las circunstancias que en su momento se tuvieron en cuenta para establecer el uso y disfrute. Se indicaba que si el cónyuge al que se le atribuye el uso del inmueble quiere fundar una familia con una tercera persona, lo oportuno sería liquidar la sociedad de gananciales, formando un nuevo hogar y renunciar al privilegio del que venía disfrutando dada su anterior situación.

El derecho al uso de la vivienda

La sentencia señala además que el derecho al uso y disfrute de la vivienda atribuido al progenitor que tiene la custodia de los hijos menores no solamente es para el cuidado o guarda de los mismos, sino también para que establezcan en él su domicilio familiar. Se trata por tanto, de un reducto de intimidad, donde el progenitor al que se le atribuye el uso, pueda establecer relaciones estables de pareja con quien estime conveniente o relaciones familiares con otros miembros de su familia.
En definitiva, la facultad del titular del derecho a usar la vivienda ampara no solo el impedir la entrada o permanencia a quien estime conveniente, sino también permitir la entrada y permanencia en su domicilio a cualquier persona siempre que no perjudique los derechos e intereses de los hijos (lo que sería objeto de revisión vía modificación de medidas).
Además, el Código Civil no contempla la convivencia marital como causa de extinción del derecho de uso sobre la vivienda, incluso cuando no haya hijos comunes.

¿Y qué hay de una posible indemnización?

Tampoco prosperó el recurso en este punto, pues no se dan a juicio del tribunal los requisitos necesarios. El marido no acreditó que su ex hubiera reducido sus gastos ordinarios como agua, luz, gas, etc, al compartirlos con otra persona. Además, el hecho de que la pareja conviva sin pagar alquiler no supone un empobrecimiento para el exmarido, pues no ha visto empeorar sus expectativas con esta nueva situación. en definitiva, sigue sin poder utilizar la casa para sí o arrendarla a un tercero, porque el uso está atribuido a la exesposa con los hijos durante su minoría de edad.

¿Laguna legal?

La propia sentencia indica que en este punto nada dice el Código Civil, a diferencia del derecho civil autonómico, como la ley valenciana o la ley vasca de relaciones familiares en supuestos de separación o ruptura de los progenitores. En ambos casos sí se pueden contemplar situaciones similares con el fin de evitar resultados que pueden ser ajenos a la equidad o justicia.

Posibilidades de resarcimiento

En cuanto a la compensación económica a una situación como la que se plantea en este caso, pasaría por la solicitud de rebaja de la pensión a través del proceso matrimonial de "modificación de medidas". Ante una circunstancia sobrevenida como ésta sería posible rebajar la pensión dado que el compartir el uso de la vivienda con su nueva pareja, supone un ahorro o beneficio económico a un tercero.
En relación con este punto, la sentencia cita una reciente resolución del Tribunal Supremo, de 19 de enero de 2017, que redujo la pensión de alimentos por considerar que el progenitor que tiene la custodia de los hijos y el tercero con el que convive, entendidos como nueva familia, se benefician del uso de la vivienda familiar adjudicada a los niños, y por lo tanto, la contribución del padre debe ser menor.
Al menos el marido no fue condenado a las costas del juicio, y es que el asunto es considerado como jurídicamente dudoso por el propio tribunal.