jueves, 18 de septiembre de 2014

Faro de Vigo

Condenan a un padre gallego a mantener a su hija de 30 años sin empleo estable

La ley establece que hay que pagar pensión de alimentos mientras los hijos no logren independencia económica


El artículo 152 del Código Civil establece que la pensión de alimentos debe darse hasta que el hijo tenga cierta estabilidad económica, pero expertos en derecho de familia consultados sostienen que hay matices y que no siempre se aplica a rajatabla. Esta normativa no da vía libre a los hijos para poder vivir a costa de sus padres durante décadas ya que los jueces analizan cada caso y el derecho a cobrar esta pensión se quita por vía judicial cuando se demuestra que el hijo "no mantiene una búsqueda activa de trabajo o tarda diez años en acabar la carrera, por ejemplo", indica un abogado gallego especializado en esta materia.
"Debe analizarse cada caso para ver si el hijo está realmente buscando trabajo o a qué se debe esta situación", sostiene este letrado, quien asegura que el caso de esta sentencia es "excepcional". "Lo habitual es que en jóvenes de 27 o 30 años, el juez deniegue el derecho a cobrar la pensión de alimentos alegando que hay cierta pereza por parte del hijo", indica.
La sentencia de la Audiencia Provincial de A Coruña hace referencia a esta posible interpretación para dejar claro que no se corresponde con el caso analizado y para ello compara la situación laboral que había en 2001 y 2013. "2001 era un año de pujanza económica, con una sociedad moderna y de oportunidades. Ahora estamos en una profunda crisis económica y por ello que una persona de 30 años haya culminado sus estudios y no pueda encontrar un trabajo no puede considerarse como parasitismo social", indica la sentencia. El fallo del tribunal recuerda también la actual situación en la que "jóvenes que se habían independizado tienen que volver a casa de sus padres (...) o jubilados tienen que acoger a sus hijos y nietos (...)".

ABC

¿Tiene sentido volver con tu ex?

Debemos meditar la decisión seriamente, y hacernos muchas preguntas en alto antes de volver a intentarlo

Agua pasada... ¿si mueve molino? Depende. Después de una ruptura, puede volver a surgir con fuerza el deseo de volver con aquella persona con la que en su día tantas cosas compartimos. Pero muchísimo cuidado. Según los expertos, debemos meditar la decisión seriamente, y hacernos muchas preguntas en alto antes de volver a intentarlo. «Conviene recordar que la palabra "pareja" viene de "par", y que la decisión debe ser deseada del mismo modo y con la misma fuerza por los dos», apunta Mila Cahue, psicóloga del área de pareja de Álava Reyes Consultores, antigua asesora del portal Meetic-Match y autora de numerosos libros relacionados con la pareja, entre los que destaca el último, Amor del Bueno (JdeJ editores). Lo importante, prosigue esta experta, «es no volver a equivocarse por segunda vez por confudir la comodidad de que nos conozcan bien con el amor verdadero, o porque es muy cansino conocer a gente nueva todos los días, por ejemplo».
O porque pensamos que el otro va a cambiar. Así lo explica la psicóloga Silvia Congost, autora de «Cuando amar demasiado es depender» (Oniro): «Creer que el otro va a cambiar aquello que no nos gusta es volver de la peor manera posible. Si retomamos el contacto con esa persona, tiene que ser precisamente porque nos gusta cómo es, con sus virtudes y sus defectos, pero teniendo claro que aquello que no nos gusta y que para nosotros es importante puede acabar otra vez con el equilibrio de la relación». «No podemos volver a machacar a nuestra pareja para que cambie o sea de un determinado modo, o haga las cosas de esa otra manera que a ti te parece que es mejor», recuerda Congost. «Si tiene partes importantes que no me gustaban antes, debo seguir mi caminohasta que encuentre a la persona adecuada para mí», añade.
Tampoco conviene pensar que podemos recuperar a las personas que pasaron por nuestra vida con éxito y rapidez. Debemos tener en cuenta, recuerda Cahue, «que quizá uno de los integrantes de la pareja haya sufrido y se encuentre todavía dolido, que haya rehecho su vida o que, sencillamente, no esté interesado en continuar con nosotros. Debemos contemplarlo todo».
Así que, si está pensando en volver con su expareja, considere las pautas propuestas por Cahue a continuación:
1. Deje de verse un tiempo. Por regla general, lo mejor es no verse y no agobiar al hombre o a la mujer con la que en su día compartimos una historia de amor. «Si se suceden los encuentros, la persona que se ha quedado "enganchada" puede sufrir y no recuperarse nunca», explica esta psicóloga. Además, prosigue, «siempre hay uno que quiere quedar "como amigos", algo que el que no ha sufrido puede hacer desde el día siguiente de cortar pero para el que todavía tiene sentimientos hacia el otro resulta imposible. Todavía tiene que asumir la ruptura, recolocarse...»
2. Madure lo que ha vivido. ¿Recuperar a la pareja con los mismos errores? o, por el contrario, ¿recuperar al otro con los cambios que necesitaba esa relación? Esa segunda oportunidad con la misma persona tiene que conllevar nuevos comportamientos. «Si le dejaron por tener mal carácter, por ejemplo, tendrá que trabajar mucho en ello antes de dar este paso», recomienda Cahue.
3. Haga un tanteo prudente para saber en qué momento se encuentra su expareja. «Mucha gente llega a consulta diciendo "es que me he dado cuenta de que es la persona de mi vida", pero no se ha planteado si él sigue siendo la persona de la vida del otro», comenta esta especialista. A su juicio, si alguien quiere volver, debe hacer un tanteo prudente para saber dónde se encuentra el otro, si está recuperado emocionalmente, si está con otra persona... «Y si existe la más mínima sospecha de que la expareja sigue sufriendo, y la amamos de verdad, lo mejor sería dar un paso atrás. Si le puedo dar lo que necesita bien, pero hacer daño no tiene nada que ver con el verdadero amor», recalca.
4. Cuidado con entrar en un bucle de 8 años. Hay parejas que lo dejan, lo cogen, lo dejan, lo cogen... y entran en una dinámica agotadora y devastadora. «Esto sucede porque uno de los dos quiere permanecer siempre en las primeras fases del enamoramiento, pero así nunca llega a entrar en las nuevas fases del amor», afirma esta experta.
5. Si su ex ha rehecho su vida, evite el gran error de creer que todavía tiene derechos sobre él o ella. «Muchas veces la expareja piensa que tiene derecho a entrar y salir de la vida de su antigua pareja, y a reclamar espacios que ahora corresponden a la nueva persona que ocupa su vida. Aunque se hayan compartido muchos años de relación, eso no da permiso a entrar en el territorio del otro. Ahora toca un "saber estar"», aconseja Cahue.
6. Redefina muy bien la nueva relación. Si finalmente se retoma la relación, hablen de todo lo que falló y establezcan unas nuevas bases. «Uno no vuelve con su ex pareja a lo mismo, vuelve a formar cosas buenas y mejores», concluye esta psicóloga.