jueves, 27 de febrero de 2014

Atlantico

Sondeo nacional sobre la infidelidad : uno de cada tres españoles admite haber sido infiel

El 64% de los españoles no se arrepiente de haber sido infiel

El instituto Europeo IFOP publica hoy el resultado más polémico del año: “1 de cada 3 españoles admite haber sido infiel alguna vez”. Esta es una de las sorprendentes revelaciones exclusivas del Observatorio de la Infidelidad* promovido por el primer sitio web de encuentros extraconyugales pensado por mujeres, Gleeden.com.

Este estudio internacional, que tiene como objetivo desvelar las tendencias y la evolución de la infidelidad en Europa, demuestra que otra vez España está a la cola... esta vez en cuanto a adulterio. De los países estudiados, Alemania e Italia son los países más infieles, ambos con un 45% de la población que admite haber mordido la fruta prohibida alguna vez. España se encuentra en penúltimo lugar de la clasificación, con un 39%, por delante únicamente del Reino Unido.

Además, España también es de las últimas en cuanto a igualdad entre hombres y mujeres: Una de cada cuatro mujeres (28%) admite haber sido infiel alguna vez, mientras que los hombres casi doblan esta cifra, con el 50% que confiesa haber sido adúltero. Esta gran brecha de 22 puntos, solo es superada por poco por Francia, con una diferencia de 23 puntos (55% para los hombres y 32% para las mujeres). Esto demuestra que aunque la sociedad evolucione hacia la igualdad de géneros, la infidelidad se sigue conjugando en masculino.
Otra de las insólitas conclusiones del Observatorio Gleeden es que el sentimiento de culpa tras una infidelidad no es la norma sino la excepción. Solamente uno de cada tres adúlteros (36%) siente remordimientos tras su desliz. El estudio también demuestra que el amor no es incompatible con la infidelidad: 2 de cada 3 españoles cree que se puede querer a su pareja aun teniendo una aventura.

miércoles, 26 de febrero de 2014

ABC

Lo que le cuesta a él el divorcio

Una experta en familia analiza minuciosamente todos los gastos que ellos deben soportar con la ruptura del matrimonio

No hay duda de que tomar la decisión de divorciarse es la punta de un iceberg bajo el que se acumulan numerosos conflictos, falta de comunicación, dejadez, rutinas, celos, infidelidades... El coste emocional y psicológico de esta drástica ruptura es para ambos muy grande. Pero también el económico. Y, más aún, si tienen hijos.
No son pocos los casos en que la mujer se queda en el domicilio conyugal y es el hombre el que debe marcharse y «buscarse la vida», además de encargarse de parte de los gastos de su antiguo hogar y la manutención de los niños. Numerosos expertos en la materia aseguran que son ellos, los maridos, los que normalmente se llevan la peor parte, al menos desde el punto de vista económico. ¿Cuál es la razón?
Es difícil determinar el coste exacto de un divorcio porque cada pareja es distinta y depende de los ingresos de los progenitores, el nivel socioeconómico de la familia, el número de hijos, el tipo de divorcio, etc.
No obstante, para concretar los gastos que deben asumir los hombres, Nuria Caballero Valentín, abogada experta en Familia, mediadora Familiar y experta en Inteligencia Emocional de Divorcio Expresss y Personal pone el ejemplo de un padre que trabaja y gana 2.000 euros, la madre también trabaja y gana 1.500 euros, tienen dos hijos y viven en un piso comprado por los dos con una hipoteca por la que quedan por pagar 15 años, a razón de 600 euros al mes.
Si esta pareja se divorcia y opta por lo que actualmente es más habitual, que se quede la madre a vivir en domicilio conyugal junto con los hijos y el padre se va de alquiler, los gastos que debe asumir el padre son:
1—. El 50% del proceso de divorcio (honorarios de abogado y procurador). «Si se hace por un servicio de internet de Divorcio Express y de mutuo acuerdo, este gasto puede ascender de 400 a 600 euros (la mitad la pagaría el padre: entre 200 a 300 euros) —asegura Nuria Caballero—. Si se realiza de mutuo acuerdo con un abogado tradicional, con entrevistas en el despacho, el gasto puede ascender de 900 a 1.200 euros (la mitad corresponde al marido, de 450 a 600 euros). En el caso de que el divorcio fuera contencioso, el costo del proceso podría ascender de 1.200 a 3.000 euros».
2—. Aunque el padre se vaya a vivir fuera del piso conyugal, lo normal es que el piso siga siendo de la pareja y ambos sean los responsables de la hipoteca, por lo que este hombre debería pagar cada mes la mitad, que sería un gasto de 300 euros al mes.
3—. En el caso de que el padre se alquile un piso en la misma ciudad donde viven la madre y los hijos, «necesitará un piso de, al menos, dos habitaciones para tener espacio para que duerman sus hijos el fin de semana que estén con él. Dependiendo del barrio y de la ciudad donde vivan, el alquiler puede ascender a una media de 600 euros al mes», matiza la experta de Divorcio Express.
4—. Si alquila el piso amueblado no tendrá gastos para equiparlo, pero si optara por coger un piso vacío para adecuarlo a sus nuevas necesidades, el coste medio con todas las comodidades (un dormitorio de matrimonio, un dormitorio de niños, un salón, electrodomésticos, vajillas, ajuar, etc.), puede ascender a 3.000 euros.
5—. Desde el momento en que el padre comienza a vivir sólo en su nuevo piso tendrá que asumir todas las nuevas facturas de consumo: luz, agua, gas, internet, teléfono... Suponiendo un consumo medio estimado por estos conceptos, la cantidad sería de 100 euros al mes.
6—. Al tener dos hijos tiene que pagarles mensualmente una pensión de alimentos que cubre sus necesidades básicas (comida, vivienda, ropa, colegio, farmacia, libros, material escolar, matrículas, etc.). Con sus ingresos, lo normal es que pague 250 euros para cada hijo, lo que supondrá un gasto al mes de 500 euros.
Además deberá pagar el 50% de los gastos extraordinarios de sus hijos, pero ésto es sólo cuando se produzcan (por ejemplo ir al dentista, comprarle unas gafas graduadas, excursiones del colegio, etc.).
6—. Él tendrá, además, que comer, vestir, tener ocio, poner gasolina a su coche, mantener su móvil..., disponiendo para ello lo que le sobre después de asumir el resto de los gastos antes mencionados. «Por tanto, —concreta Nuria Caballero—, si gana 2.000 euros y paga 300 de hipoteca, 600 de alquiler, 500 para sus hijos y 100 de consumos en su casa, tendrá un gasto de 1.500 euros. Es decir, le quedarán otros 500 euros para él (comer, vestir, gasolina, etc.)».
Esta experta considera que como el gasto inicial de abogado y amueblar o acondicionar el piso se realiza sólo una vez, «estos gastos deberían asumirlos ambos cónyuges al 50% para empezar cada uno desde cero con un piso acondicionado para sus hijos. Si se hace a medias, el padre pagaría entre 2.000 y 4.000 euros».
Habrá que tener en cuenta que la esposa gana 1.500 euros y recibirá del esposo 500 euros para ayudar a mantener a los niños, por lo que ella dispondrá de 2.000 euros para:
—Su parte de hipoteca.......300 €
—Los consumos en su casa.......150 €
—Los colegios, ropa, uniformes, libros, matrículas, clases extraescolares de sus hijos.......600 €.
Es decir, le quedan para vivir tres personas (comida, ocio, etc.) un total de 950 €.
Si al echar estos cálculos se viera que queda desproporcionado para alguna de las partes, Nuria Caballero propone que podrían plantearse otras soluciones, como que la madre asumiera más parte de la hipoteca porque ella va a vivir allí, y el día que se liquide la sociedad de gananciales y vendan el piso calculen que si ella ha puesto más, recibirá más.
«De todas formas —explica— como cada familia tiene unos ingresos y gastos, no es demasiado importante lo que pueda costar una lavadora nueva (unos 300 euros), una televisión (las hay desde 150 euros) o el gasto de divorcio (hoy los hay desde 400 euros) porque no solo se pueden pagar a plazos. Lo que hay que ver, una vez firmado el divorcio, es qué cantidad debe asumir cada cónyuge al mes (hipotecas, alquileres, consumos vivienda, pensiones de alimentos, etc.) para analizar si es viable mantener dos casas con sus respectivas facturas, con los mismos ingresos que antes se mantenía una casa».

Pérdida de poder adquisitivo para los dos

Sea como fuere el divorcio va a suponer una pérdida de poder adquisitivo para ambos y lo aconsejable es que los dos miembros de la pareja hagan un esfuerzo por colaborar y ajustarse a la nueva situación, suprimiendo gastos innecesarios y, sobre todo, intentando que cambie lo más mínimo el bienestar o nivel de los menores, que es a quien debe protegerse.
Otra manera de repartir gastos es establecer una custodia compartida de los niños entre ambos progenitores, «haciéndose cargo de ellos al 50% del tiempo (ya sea semanas o meses), y en ese caso, en vez de dar una pensión el padre a la madre, cada uno asume los gastos de los niños el tiempo que estén en su casa. Pero para esta custodia —añade la abogada experta en familia— se tienen que dar unos requisitos muy especiales: que haya buena comunicación entre los padres, disponibilidad horaria de ambos, que vivan equidistantes del colegio para no alterar constumbres, amigos, actividades extraescolares, etc. Desgraciadamente, no siempre es posible. Y lo que por supuesto no puede usarse es una petición de custodia compartida para no pagar alimentos a los hijos».

martes, 25 de febrero de 2014

ABC

Las separaciones y divorcios de mutuo acuerdo, bajo el control del juez

El borrador del informe al Anteproyecto de Ley de Jurisdicción Voluntaria recomienda asimismo la presencia de abogado en este tipo de expedientes cuando los tramiten los notarios

El borrador de informe al Anteproyecto de Ley de Jurisdicción Voluntaria que el pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) estudiará el próximo jueves 27 propone mantener el control del juez respecto de las separaciones y divorcios de mutuo acuerdo.
El texto considera que la competencia para celebrar un matrimonio –que el Anteproyecto extiende a los notarios- no debe amparar la de disolverlo, dado que son realidades absolutamente diferenciadas.
El borrador estima asimismo que debe seguir siendo preceptiva la intervención de abogado en este tipo de expedientes, así como en todos los relativos a la capacidad de las personas, menores y familia en general.
De este modo, se recomienda específicamente la presencia de abogado en los expedientes notariales de separación y divorcio de mutuo acuerdo, considerándose imprescindible que cada parte esté asistida en todo caso por su propio letrado.
Respecto al requisito de la edad para contraer matrimonio, que pasa de 14 a 16 años, el borrador pide mantener un cierto grado de discrecionalidad judicial, como en determinados casos ocurre actualmente.
Además, el borrador de informe propone que continúen siendo las Comisiones de Asistencia Jurídica Gratuita, y no los notarios o los registradores en los expedientes que tramiten, los que valoren la concurrencia de los requisitos relativos a la insuficiencia de recursos económicos que dé derecho a esta prestación.
También aboga porque, en los casos de algunos expedientes cuya tramitación se atribuye en exclusiva a notarios y registradores, se aplique el arancel correspondiente a los documentos sin cuantía que los acerquen, en cuanto a su coste para el usuario, a los tramitados en sede judicial, carentes de tasa.
Por último, el texto propone mantener exclusivamente en el ámbito jurisdiccional las reclamaciones de deudas dinerarias no discutidas, lo que justifica en la «ineludible necesidad» de que sea el juez quien controle –a través de su competencia para inadmitirlo- la propia admisión de la petición y la suficiencia de la documentación presentada por el acreedor, cada vez más compleja.
En este sentido, el borrador destaca la necesidad de un riguroso control previo por parte del órgano judicial de la suficiencia y adecuación de los documentos y recuerda que el control de la información que se facilita al deudor para conformar su voluntad de aceptar o no la reclamación efectuada es esencial.

martes, 18 de febrero de 2014

ABC

Cómo saber en cinco minutos si te vas a divorciar en el futuro

El sistema es capaz de pedrecir con un acierto del 90% las parejas que permanecerán y cuáles se separarán después de verlas relacionarse por este espacio de tiempo

Hablamos de probabilidades, de factores que aumentan el riesgo de divorcio, por supuesto no de certezas... En el último libro del profesor de Psicología y Criminología de la Universidad de Valencia, Vicente Garrido, «Cómo sobrevivir una ruptura», se reconoce que uno puede estar en esos grupos de riesgo, y vivir toda la vida felizmente con su pareja. En general para Garrido para ver si una pareja tiene futuro (o no lo tiene) es más interesante detenerse en el proceso de la relación, en el trato cotidiano de la pareja, para preguntarnos si es posible averiguar en qué medida ciertas prácticas habituales de la redacción guardan el secreto de la convivencia feliz o si, por el contrario, predicen el final de la misma.
En la obra de Garrido, que es una especie de hoja de ruta para las personas que se enfrentan ante un divorcio potencialmente conflictivo, donde se enseña qué errores no deben cometer dentro y fuera de los juzgados, se recoge también la investigación realizada por el famoso psicólogo John Gottman al respecto. Según este, «lo que hace funcionar a un matrimonio es sorprendentemente simple. Las parejas felizmente casadas no son más inteligentes, más ricas o psicológicamente más sofisticadas que otras, sino las que en su vida cotidiana construyen una relación que deja los pensamientos y emociones negativas sobre el otro muy por debajo de las positivas». «Los matrimonios felices se basan en una amistad profunda, respeto mutuo y disfrute de la compañía del otro», añade este experto.
Según sus parámetros, Gottman es capaz de pedrecir con un acierto del 90% las parejas que permanecerán y cuáles se divorciarán después de verlas relacionarse por espacio de sólo cinco minutos. Él sostiene, explica Garrido en sus páginas, «que lo fundamental para hacer esa valoración no es el hecho de si discuten o no, sino el modo en que lo hacen». De esta forma tenemos que después de revisar miles de horas de grabaciones de parejas, Gottman identifica los siguientes indicadores como los más cercanos a un divorcio futuro, a corto o medio plazo:
1. Inicios desagradables: discusiones que comienzan con sarcasmo


2. Crítica personal: no es lo mismo quejarse de un comportamiento de alguien que criticar un rasgo personal.
3. Desprecio o burla: gestos (rodar los ojos, sonrisas irónicas, etc.) o palabras (motes ofensivos) que indican la intención de que el otro se sienta mal.
4. Posición de defensa: tratar de que el otro crea que él (o ella) tiene el problema, y que es su tarea solucionarlo; nosotros somos «inocentes» no hemos tenido ninguna contribución.
5. El «muro defensivo»: es cuando un miembro de la pareja se evade de la interacción para evitar ser herido, algo que suele hacer mucho más el hombre que la mujer, debido a que en éste la reacción fisiológica o emocional es mucho más intensa y tarda más en disiparse (en otras palabras, se altera más y durante mayor tiempo). Razón por la cual son también las mujeres quienes suelen poner sobre la mesa la necesidad de airear o tratar un conflicto, mientras que los varones tratan de evitarlo.
6. La «inundación» emocional: cuando un miembro de la pareja es atacado verbalmente por el otro reacciona activándose como si sufriera una amenaza física (por ejemplo, con mayores dosis de adrenalina), y todo ello genera un gran desgaste y el deseo de no relacionarse.
7. El fracaso a la hora de prevenir o reparar los daños: las parejas felices saben detenerse en el tiempo, antes de que los daños sean severos, o bien después de una discusión o conflicto saben cómo retomar el humor habitual existente entre ellos. El sentido del perdón y del «olvido» mencionado antes tiene aquí su lugar.