Pontevedra registra una media de cuatro divorcios a la semana
El 64,5 % de las separaciones se producen en matrimonios de más de diez años
Cada semana se deshacen en Pontevedra una media de cuatro
matrimonios, al menos esa es la estadística que deja entrever el partido
judicial en el que se enmarca la capital del Lérez. Las cifras apenas
varían respecto a años anteriores. No lo notan los abogados a pie de
campo, ni tampoco los datos que recoge el Consejo Superior del Poder
Judicial, donde a falta de conocer el cuatro trimestre del 2017,
Pontevedra había registrado 111 divorcios consensuados, frente a 71 no
consensuados. Con una mano llegaría para contar las separaciones de
mutuo acuerdo y las conflictivas. Lo que reflejan los números es que,
cada vez más, las partes llegan a un pacto para evitar las costas
judiciales. Por ejemplo, en el 2016 se registraron 184 divorcios
consensuados, frente a los 133 que no lo fueron. Puede parecer
simplemente anecdótico, pero el segundo trimestre del año es el período
en el que se registran más desavenencias entre las parejas.
Pero, ¿después de cuánto tiempo se
divorcian los pontevedreses? Los números provinciales son contundentes,
pasados los diez años de matrimonio se ejecutan la mayoría de las
separaciones. El 64,5 % de los divorcios de las parejas pontevedresas ya
superaron la década de convivencia, pero de los 2.420 que se firmaron
en la provincia en el 2016, hay un centenar que no lograron superar dos
años de matrimonio, cifras muy similares que se repiten cada año.
Aumento de separación en parejas sin casar
Margarita
Rey se dedica desde hace más de 25 años a las demandas de divorcio. A
ella no se le escapa nada respecto a este tema. Y desde su despacho y el
juzgado de familia de Pontevedra no nota ni un incremento ni un
descenso en los procesos, lo único que ha aumentado en su despacho son
las demandas de parejas que conviven con hijos y no están casadas, pero
que igualmente quieren romper esa relación. «Tienen derecho a pensiones
compensatorias, en el tema de hijos también es lo mismo», señala Rey,
que sí reconoce que hay algo que ha cambiado, y mucho, desde que ejerce
la abogacía. La implicación de los padres es cada vez mayor. «Cuando yo
empecé, en los divorcios los padres apenas se implicaban, al 90 % ni se
les pasaba por la cabeza pedir la custodia, ahora la implicación es
enorme», explica Margarita Rey.
En las separaciones lo más importante
siguen siendo los hijos, aunque en su caso no es partidaria de aplicar
una norma estándar. «Yo no soy partidaria de la custodia compartida ni
de lo contrario, en cada caso hay que ver las circunstancias de la
familia», resume la abogada matrimonialista, que recuerda como al
principio de su carrera, la madre se dedicaba casi en exclusiva al
cuidado de los menores y el padre «era aquel señor que venía un par de
días al mes y ni siquiera se los llevaba a dormir». Mucho ha cambiado
desde entonces y la custodia compartida es la opción para muchas
familias.
La custodia de los hijos y los asuntos económicos marcan la
diferencia en los procesos. «Se preocupan porque mantener una familia no
es lo mismo que mantener dos con un sueldo mínimo», indica Rey.
Romper una relación puede costar hasta 1.600 euros a los implicados
A
la difícil situación de asumir una separación o un divorcio por parte
de los cónyuges se suma el coste económico que supone este proceso para
los bolsillos del matrimonio. Los abogados estiman que todo el proceso
contencioso puede ascender a 1.600 euros con los costes del procurador
incluidos. La abogada matrimonialista, Margarita Rey, asegura que la
titular del Juzgado de Familia de la ciudad trata de conciliar hasta el
final para intentar que entre las partes se llegue a un acuerdo y sea
más asumible tanto económica como anímicamente. El gabinete de
orientación familiar de Pontevedra, en el que trabaja un letrado, tiene
en este proceso de negociación entre las partes una labor imprescindible
para hacer más digerible el trance.
Divorcios sin hijos
La
custodia de los hijos es el caballo de batalla más duro en un proceso
de disolución del matrimonio, pero frente al pensamiento de que la
mayoría de ellos son con hijos de por medio, los datos del Instituto
Galego de Estadística recogen que los matrimonios sin descendencia son
los que más se separan. Tanto es así que en el 2016, la provincia de
Pontevedra contempló como se firmaron 825 divorcios sin hijos frente a
los 540 con un hijo menor. Algo menos de medio centenar de separaciones
son de parejas con dos o más hijos.
En este caso Pontevedra solo se podría
comparar con la provincia de A Coruña, ya que Ourense y Lugo apenas
suman medio millar de divorcios. En este caso las parejas coruñesas sin
hijos que ponen fin a sus matrimonios alcanzaron los 1.091.
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