La crisis triplica los casos de divorciados que instan una rebaja de la pensión a sus hijos
Más de 300 vigueses solicitaron una revisión de esta cantidad en lo que va de año, frente al centenar de 2007 - Los impagos se disparan y muchos progenitores acaban en el banquillo
El impacto de la crisis ha hecho mella en muchos padres separados. Y
está teniendo como víctimas secundarias a sus hijos. La destrucción de
empleo y la reducción de ingresos debido a la inestabilidad económica ha
disparado los impagos de las pensiones alimenticias que los
progenitores deben abonar a sus vástagos. Este panorama tiene su reflejo
un día sí y otro también en los dos juzgados de Familia de Vigo. El
número de madres que instan un procedimiento de ejecución de sentencia
ante la falta de pago por parte de sus exparejas de estas cantidades
mensuales ha crecido. Y aumentaron también, hasta el punto de batir
récords, los casos de padres que piden a los jueces rebajar el importe
de esta pensión por estar en el paro, cobrando solo la ayuda de 426
euros o incluso por no tener ya ingresos. Y es que desde que se inició
la crisis, esta cifra se ha triplicado: si en 2007, con los primeros y
tímidos coletazos, el número de vigueses que hasta septiembre de aquel
año acudieron a un procedimiento de modificación de medidas apenas
superaba la centena, en lo que va de 2013 ya han sido 312 los que
solicitaron tal medida.
"Muchos padres ya no pueden pagar las
pensiones que pasaban a sus hijos en época de bonanza; las peticiones de
modificaciones de medidas empezaron a incrementarse ya hace años y
siguen haciéndolo", ilustran en una sala de Familia. Las estadísticas
judiciales corroboran sin dejar lugar a dudas la afirmación de este
trabajador. En los años en los que la crisis aún no se vislumbraba los
expedientes de divorciados que solicitaban revisar la pensión
alimenticia eran más excepcionales. Entre el 1 de enero y principios de
septiembre de 2004, por ejemplo, hubo 43 casos. Y en el mismo período de
2006 fueron 86.
Pero el panorama empezó a cambiar en 2007. En ese
ejercicio por primera vez se superó la centena de padres que iniciaron
un procedimiento de modificación de medidas, un total de 106, cifra que
se mantuvo apenas invariable en los que fueron los primeros años de
inestabilidad económica. Hasta 2010. En ese período se dio un primer
salto importante al registrarse 167 casos. Y desde entonces el número de
separados que pidieron rebajar estas pensiones no ha dejado de crecer:
fueron 244 en 2011, 316 al año siguiente y una cifra casi idéntica, 312,
en este 2013.
Techo
Pese a estas elevadas cifras, los
abogados creen que aún no se ha tocado techo. "Sigue habiendo un aluvión
de casos; la crisis no se acabó y a muchos progenitores se les están ya
agotando las prestaciones de 426 euros", afirma la letrada Isabel
Olcina. Ahora sí, el pedir una revisión de la manutención mensual a
pasar al hijo no supone automáticamente que el juez la conceda. "Tiene
que haber una alteración fundamental de las circunstancias económicas y
que éstas no sean buscadas de propósito", explica la abogada Ana Prieto.
La bajada de ingresos debe ser "significativa", agregan en los
juzgados, y "duradera" en el tiempo. Es decir, que no responda a un
revés puntual.
La situación de desempleo real que asola a muchos
vigueses separados provoca que, si la corrobora, sean muchos los casos
en los que los magistrados estén suavizando las pensiones que
inicialmente se habían fijado. Los fiscales también están pidiendo en
sus informes que se revisen muchas de estas cuantías. Pero ante tal
aluvión de peticiones, cada expediente se revisa "con lupa". "Hay muchos
casos de trabajadores autónomos y todos aseguran que tienen pérdidas;
pero eso hay que probarlo", dicen. A los juzgados también van padres que
se adelantan a las circunstancias: "Alegan que los van a despedir, que
los van a rebajar de categoría; pero esa no es una causa para que se
rebajen los alimentos".
Junto a los supuestos de aquellos
progenitores que sí han sufrido de lleno el revés de la crisis, no son
excepcionales los de aquellos otros que hacen aflorar la picaresca. Como
quien trabaja en la economía sumergida y niega esos ingresos. Los
abogados de la parte contraria -los de la madre de los menores- tratan
muchas veces de demostrarlo, aunque no sea fácil, para impedir que se
baje la pensión. El nivel de vida puede ser otra pista de que la
situación económica no es tan mala como se alega. "Hay quien solicita
una revisión porque dice que apenas percibe ingresos y resulta que tiene
un yate; ¿pides bajar los alimentos de tus hijos y en cambio mantienes
un velero?", dice una letrada.
Los problemas con las pensiones
alimenticias de los hijos no solo se ven en los juzgados de Familia. Los
juicios penales contra padres que no las abonan también han aumentado.
Los progenitores se enfrentan a una condena que puede llegar a ser de
prisión si la situación es persistente e injustificada.